Col·lectiu Terra Crítica
Grup format per 24 professionals procedents d'àrees relacionades amb l'urbanisme, el medi ambient, l'economia i la sociologia
Lo malo es que la mayoría de los seres humanos, que no tenemos poder político, somos víctimas de personajes que, en muchos momentos nos parecen indignos y tramposos. Es terrible pensar que estamos en manos de semejantes individuos, que solo obedecen a los peores intereses y a los miserables lacayos que les ofuscan. E. LLedó. Entrevista en el País Semanal. 17-nov.-02
Recientemente hemos presenciado una conversación entre un partidario del PHN y un ciudadano-usuario. Los términos de aquel diálogo fueron del tenor siguiente:
– ¿Ud. Quiere que los valencianos tengamos más agua para uso urbano y agrícola? ¿Sí? –dice el partidario del plan– Pues apoye el PHN (Plan Hidrológico Nacional) que ha aprobado el PP y que aportará 1.050 Hm 3 cada año que servirán para abastecer, a mi juicio, tierras de la Comunidad Valenciana, Murcia, Almería,...
– Pero esa agua –se pregunta el ciudadano-usuario– ¿A qué precio la obtendré?¿Qué calidad tendrá?¿Qué regularidad?
– Por favor –contestará el defensor del PHN– todos estos extremos, si bien todavía no del todo desarrollados, están razonablemente previstos en el Plan del trasvase y por tanto no hay que preocuparse.
Pero el ciudadano-usuario, que tiene en mente el evidente fracaso del Trasvase Tajo-Segura, insiste con preguntas más puntuales:
– Oiga, yo he leído por ahí que el PHN no contiene ningún documento que deje constancia de quiénes van a ser los usuarios últimos de las aguas trasvasadas, sólo generalidades de que esas aguas van a abastecer las cuencas internas de Cataluña, del Júcar, del Segura y del Sur. Esas generalidades no concretan nada. Es más, si el trasvase es de 1.050 Hm 3 , supongo que ese dato responderá a un cálculo de la demanda existente y previsible en el futuro... ¿Cómo han hecho ese cálculo? Según he leído, no lo han hecho. Se han limitado a adaptar las demandas actuales y futuras evaluadas por los planes hidrológicos de cuenca que se hicieron a finales de los ochenta y todo el mundo sabe que eran bastante irreales.
– Pero... –contesta el partidario del plan– ¿Ud. no quiere agua? Pues no se preocupe, esas cuestiones técnicas son secundarias. Ya haremos una ley más adelante (antes de julio de 2003) que coordine los planes de cuenca y el PHN. Qué más da que aquellos criterios de coordinación se establezcan después y se adapten los planes a los criterios del PHN.
– Es evidente que lo importante es el agua –le contesta el ciudadano-usuario– pero no deja de sorprender lo contradictorio de esa situación que pone de relieve la importancia del plan. Por cierto, también he leído que la calidad de las aguas del bajo Ebro son deficientes, pues presentan una salinidad bastante elevada, con abundancia de sulfatos y cloruros e importante presencia de sodio. Todavía digo más, en el punto de conexión del trasvase en Xerta, las muestras indican una salinidad media de un 30 o un 40 por ciento superior a los valores guía recomendados por la Comisión Europea. Esa agua de calidad tan deficiente difícilmente se puede usar para abastecimiento urbano y tampoco es recomendable para el riego (a lo largo esa salinidad va matando poco a poco la tierra) ¿El Plan prevé tratar estas aguas a través de una depuración?
– Todo está previsto –contesta el defensor del PHN– si bien ese grado de salinidad no es tan grave como se dice. Tengo que admitir que en el Plan no se contempla esta cuestión, como otras muchas. Pero como hay voluntad haremos lo que sea necesario para resolver estas minucias.
– Ya que Ud. se muestra tan razonable y piensa que la voluntad de los autores del plan firme para resolver todas las minucias que surjan –sigue respondiendo y preguntando el ciudadano-usuario cada vez más perturbado por la insatisfacción de las respuestas– me gustaría hablar del coste del metro cúbico de agua. Según he leído por ahí, en cualquier hipótesis medianamente razonable de rendimiento del trasvase y pérdidas de transporte, el coste medio resultante superaría los 0,50 €/m 3 , lo que representa un 60% más que el coste medio declarado oficialmente, ¿Qué tiene que decir a este respecto? porque si es así, tiene consecuencias importantes para todos los usuarios.
– Hombre, no se ponga Ud. así. Ya sabe Ud. de la buena predisposición que existe en el PP para buscar la solución a estos problemas. Lo importante es traer agua como sea y luego ya buscaremos las formas de financiación adecuadas.
– Yo no me pongo de ninguna manera, pero es la propia Ley 10/2001 del PHN –contesta el ciudadano-usuario– la que explicita la exigencia de la autofinanciación de las transferencias de agua. Es más, me consta que para cuadrar las cuentas, aún en el caso ideal de capturación al 100% -cosa difícil- y sin pérdidas, pagando los agricultores los 0,20 €/m 3 que están sugiriendo últimamente los medios de comunicación, los usuarios urbanos deberían pagar del orden de 0,58 €/m 3 , sin contar los costes de depuración. Si a ésto le une que el coste actual estándar de desalación en las grandes instalaciones se mueve en torno a los 0,50 €/m 3 , incluyendo amortizaciones, ya me dirá usted qué puede mover a las empresas de abastecimiento de las ciudades a adquirir agua de baja calidad a precios sensiblemente mayores que los de la desalación de agua de mar. Lo mire por donde lo mire, este es un problema que no parece haber sido considerado seriamente en el plan.
– Ciertamente –dice el defensor del PHN– el coste del plan es el que es pero lo importante es que el agua llegue como sea. En cualquier caso, ¿Ud. ha tenido en cuenta el coste energético de la desalación?
– Pues mire Ud., yo no soy ningún técnico. Soy un ciudadano-usuario que quiere tener agua. Pero he leído que el consumo actual en desalación está situado en torno a los 3 Kwh/m 3 , y está bajando. Por el contrario, en un tratamiento de depuración del agua del trasvase para usos urbanos, el coste energético medio para todo el trasvase es de 3.3 Kwh/m 3 , y, en algunos casos (Almería y altiplano murciano), hasta de 4 Kwh/m 3 .
– Vamos a ver –contesta nerviosamente el defensor del plan– si nos aclaramos. Ud. quiere que venga el agua del trasvase con regularidad, ¿Sí o no?
– Precisamente otro problema del plan es la regularidad de la que Ud. habla. Si como dice la ley del Plan las aguas se han de trasvasar entre los meses de octubre a mayo y ha de almacenarse para abastecer la demanda de los meses restantes que son los de mayor consumo, supone, a juicio de los expertos, tener una capacidad de almacenamiento en torno a los 500 Hm 3 . El plan es absolutamente impreciso en este punto, ¿Cuántos embalses se requieren y en qué puntos? Y digo estas cosas y pregunto porque me interesa el agua por encima de todo.
– Mire Ud. –contesta visiblemente nervioso y tenso el defensor del PHN del PP– creo que hemos llegado a un punto en que hay que definirse. ¿Quiere Ud. que los valencianos tengamos más agua? Pues si lo quiere, hay que apostar por el trasvase del agua del Ebro cueste lo que cueste y sin más zarandajos.
– Me pone Ud. en una tesitura difícil, pues, como ha podido comprobar, el PHN no aclara cuestiones fundamentales que tienen que ver con la viabilidad del mismo. Y ello sin entrar en otro tipo de costes, por ejemplo, los relativos a las infraestructuras de distribución que no figuran tampoco en dicho plan (seguramente consecuencia, como decíamos más arriba, de que hay una localización concreta de las demandas). Decir sí a un trasvase con tantas imprecisiones, carencias e insuficiencias no me parece adecuado. Máxime cuando he oído y leído que se puede obtener más agua en mejores condiciones que con el trasvase del Ebro. En concreto, dicen que modernizando y mejorando las condiciones de agua tanto agrícolas como urbanas, pasando definitivamente del riego por gravedad al riego de goteo, rentabilizando las aguas depuradas en la línea de la Directiva europea de aguas de 1991, se pueden obtener alrededor de 489 Hm 3 /año, más que la que asigna el PHN a la CV que es de 350 Hm 3 /año, ¿no cree Ud. que hay razones más que suficientes para, al menos, dudar, poner en cuestión el PHN?
– Muchas dudas tiene Ud. Así no irá a ninguna parte. Y lo peor, está Ud. sucumbiendo a la maliciosa propaganda de esos ecologistas, políticos y demás ralea que no quieren que el agua del Ebro llegue a Valencia. Son unos degenerados antivalencianistas que se alían con otros de otras regiones -aragoneses, catalanes del Delta, andaluces, etc.- para manifestarse en Valencia en defensa de las zonas húmedas a raíz de la reunión Ramsar y, de paso, contra el PHN del PP. Repito, son antivalencianistas que no quieren que el agua del Ebro llegue a Valencia. Esta es la realidad y no hay más que discutir.
– Creo que esto que Ud. dice es muy grave –contesta el ciudadano-usuario. Pienso que su planteamiento nos lleva a la teoría del amigo-enemigo C. Schmitt -pensador político, por cierto, del nazismo- y eso es terrible para el juego democrático, donde no hay enemigos sino adversarios con los que se debaten los problemas. Pero no me quiero desviar de lo central de la conversación que es el agua. Tengo la impresión de que el PHN contiene tantas insuficiencias y se ha hecho tan precipitadamente que dudo seriamente de su viabilidad. Lo siento. Yo que quiero agua tengo serias dudas que Uds. me la proporcionen. Y en caso de que lo pudieran hacer, sería a un precio muy elevado que Uds. no informan a los ciudadanos-usuarios.
Comentaris dels lectors sobre l'article
Els lectors encara no han opinat sobre aquest article.
Comenta aquest article