La Bienal y la arquitectura

En la reciente y silenciosamente clausurada Bienal de Valencia, la arquitectura, que en principio no estaba invitada a la fiesta, se ha convertido en la principal atracción, casi lo único que motivaba a volver a las exposiciones . Con la excepción de media docena de obras , cuya calidad era capaz de apoderarse de toda la atención del espectador, lo más interesante de la Bienal ha sido la oportunidad de poder volver a deambular por los espacios de algunos de los edificios históricos mas evocadores que posee esta ciudad:. El Convento del Carmen , El Almudín, Las Atarazanas y San Miguel de los Reyes, han sido, durante estos meses, escenarios de lujo donde disfrutar de nuestro tiempo de ocio.

La arquitectura ha sido, también curiosamente, la causa que ha provocado uno de los acontecimientos que mejor ha manifestado este hedonismo, tan superficial que ha impregnado a casi todos los protagonistas que han participado en este acontecimiento cultural. Me estoy refiriendo a la puesta en escena, en el antiguo almacén de la Siderurgia de Sagunto, de la tragedia griega de la Troyanas. Actividad incluida en el último momento dentro de las actividades de la Bienal., al parecer debido a una espontanea propuesta de Irene Papas tras la fuerte impresión estética que le causó una visita al antiguo almacén.

Puedo comprender perfectamente el impacto emocional que debió de causar en Irene Papas , una artista de gran sensibilidad, la visión de las impresionantes. formas que ofrece hoy el Almacén. Lo que no llego ya a comprender con tanta facilidad es como una persona con la preocupación social y cultural que se le supone, no llegara tras el impacto emocional , a estimular su intelecto y reflexionar sobre el significado de aquellas formas que tan fuertemente la atraían

Soy consciente y me parece altamente positivo que uno de los grandes atractivos que tienen las formas artísticas es el deleite que obtenemos de la sola contemplación de sus aspectos formales. Pero esta experiencia, la más elemental y la que menos esfuerzo solicita del receptor, no creía que era la que guiaba el trabajo de Irene Papas y desde luego pienso que no puede ser el objetivo que guíe la política cultural de ninguna Administración Publica .El arte, además de proporcionar placer, es una vía de conocimiento, capaz de introducirnos en una comprensión del mundo y de los otros seres humanos y es precisamente esta capacidad del arte , la razón de su importancia social.

Si Irene Papas hubiera sido capaz de trascender su propia experiencia y superar la "hinchada" de ego que debió producirle haber descubierto el sublime escenario de la tragedia griega donde ella brillaría como gran protagonista. Y hubiera preguntado a los responsables políticos que le acompañaban, ¿ como es posible tener en ese estado de ruina, aunque fuera sublime , el patrimonio histórico de Sagunto?. Igual si su esfuerzo se hubiera dirigido en esta dirección , los trabajos de restauración del edificio hubieran comenzado y de esta manera Irene Papas y la Bienal de las Artes de Valencia hubieran dejado alguna huella cultural de su paso por esta ciudad. La realidad fue otra, vanidad de vanidades y todo vanidad, como comienza uno de los libros sapienciales de la Biblia.